

En un nuevo Día del Maestro y la Maestra, me permito hacer un balance necesario sobre la educación en nuestro país, ya que no debemos olvidar que ésta es uno de los pilares más importantes de nuestra Nación y está sostenida por docentes, estudiantes, gobiernos, familias y, por supuesto, los sindicatos.
Nadie puede negar que la situación que está atravesando el país es crítica, con un panorama económico incierto debido a la constante incertidumbre de la inflación. Pero, es necesario advertir que, a pesar de eso y entendiendo que aún hay falencias en lo que respecta a la Educación, se han obtenido logros significativos como el descenso del analfabetismo, la inclusión a través de la obligatoriedad, la construcción de nuevas escuelas, la creación de puestos de trabajo y la ampliación y modificación de los contenidos curriculares.
Quedan, entre otros, seguir en la senda de la recuperación del salario y las condiciones de trabajo, donde la sobrecarga laboral es un punto importante. Y digo esto porque los y las docentes están todos los días en las aulas, en horario y fuera del horario laboral, trabajando por una Patria mejor.
En estos días, estamos próximos a vivir un nuevo proceso electoral, donde hay en pugna dos modelos de país. Un modelo que apoya la educación pública, estatal, gratuita y de calidad para todos y todas; y otro modelo que vocifera que en sus planes está la idea de cerrar universidades o arancelar el sistema educativo, a través del sistema de “vouchers” (palabra inglesa que, en castellano, significa cupón, comprobante o vale), a sabiendas de que, bajo ese método, muchas escuelas van a cerrar y muchos chicos y chicas van a perder el derecho a la educación. Desde nuestro lugar, reafirmamos el compromiso de que cada trabajadora y trabajador docente van a ver sus derechos defendidos, ya que como lo hemos hecho en el pasado, si en necesario saldremos a calle, porque los derechos se conquistan y se defienden de esa manera.
Si la justicia es “dar a cada uno lo suyo”, la justicia social es darle a cada uno lo que le corresponde socialmente, en un equilibrio entre los derechos del individuo y los de la comunidad a la cual pertenece. La justicia social es, muy por el contrario de lo que algunos pregonan, la mejor forma de organizar una comunidad. Es el ideal más alto al que debe aspirar una sociedad. Es más, afirmo que no habrá comunidad organizada sin justicia social y, no habrá justicia social, sin educación pública.
En un momento de alarmante concentración económica, defendamos la distribución de la riqueza. Si en el pasado gobernar era poblar, educar o crear trabajo, hoy el imperativo político debe ser que gobernar es distribuir riqueza.
La educación es un acto de amor y de justicia hacia el pueblo. El Pueblo-Nación, organizado a través del estado, por medio de la educación pública, iguala las oportunidades para todos los habitantes de nuestra patria. Y los docentes somos actores protagónicos fundamentales en este proceso, ya que no debe haber tarea más importante para un pueblo que la de educar para la equitativa distribución de los bienes que posea una comunidad, tanto materiales como culturales.
La educación pública debe ser la prioridad del próximo gobierno, porque de esa manera tendremos un mejor futuro para nuestra Argentina, que merece una comunidad organizada con justicia social.
¡Feliz Día a las Maestras y los Maestros!
ALEJANDRO SALCEDO
secretario general UDOCBA y
miembro del Consejo Directivo de CGT -Secretaría de Protección de la Niñez-.