

El Programa Puertos en Clave de Géneros es una iniciativa que surgió de manera transversal y de la que participan diversas áreas de la Subsecretaría de Asuntos Portuarios, dependiente del ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la provincia de Buenos Aires y tiene como objetivo lograr la equidad de géneros en los puertos bonaerenses.
Como primer paso al objetivo, durante el 2020, el Programa llevó adelante la etapa inicial del relevamiento de géneros en el ámbito portuario para contar con datos estadísticos, el estado de situación, sobre la evidente desigualdad.
“Presuponíamos lo que íbamos a encontrar. Los puertos son un ámbito masculinizado, pero no contábamos con estadísticas que dieran cuenta de esa situación de desigualdad que podemos observar entrando al puerto”, explicó la Directora de Estrategias Portuarias, Amy Paladín sobre la hipótesis que impulsó la investigación.
Así, la primera etapa se llevó adelante en los ocho Consorcios de gestión portuaria, entes públicos no estatales que administran los puertos comerciales e industriales de la Provincia -San Nicolás; San Pedro; Dock Sud; La Plata; Mar del Plata; Quequén; Coronel Rosales y Bahía Blanca-.
Contar con datos se volvió nodal para el objetivo. “Necesitamos conocer la composición y proporción de las y los trabajadores en esos Consorcios, que nos permitan planificar las políticas públicas necesarias y, luego, analizar el impacto de su implementación”, explicó la Directora.
“La primera etapa arrojó lo que intuíamos, la distribución del empleo por género era del 76 por ciento de hombres y 24 por ciento de mujeres, sin presencia de personas de otros géneros. Y esa tendencia se mantenía al interior de cada Consorcio”, precisó Paladín sobre el relevamiento del 2020.
“Los puertos son un ámbito masculinizado”, definió y quizás, hasta parezca una verdad de Perogrullo, pero el simple ejercicio de pensar el Puerto y sus trabajadorxs está mediado por una construcción social estereotipada que ubica a mujeres, hombres y otros géneros, en determinada labor según la división sexual del trabajo.
Una imagen y una apuesta de lucha
Benito Quinquela Martin retrató una época, mediada por el prisma de sus ojos y manos de artista, con coloridos paisajes del puerto de la Boca y el ambiente obrero en plena faena cotidiana.
En el óleo “Trabajando a pleno sol”, fechado en 1930, Quinquela inmortaliza con sus pinceladas, el paisaje de la actividad portuaria y sus trabajadores -hombres- poniéndole el cuerpo a la estiba. Un retrato masculinizado del trabajo en los puertos de aquella época, un significante que se reactualiza, repite y circula cada vez que se evoca al puerto, sus actividades y mano de obra.
“Un poco la imagen que se tiene del trabajo portuario es esa, pero no todo el trabajo es así”, explicó la Directora y amplió: “Hay mujeres en los Consorcios que llevan adelante tareas vinculadas al trabajo de muelle, a la operatoria portuaria".
Un audiovisual institucional de Puertos en Clave de Géneros funciona como muestreo de lo que Paladín afirma. Mujeres en diversos puestos dentro de los Consorcios y el avance hacia la construcción de una imagen otra del puerto y sus trabajadorxs.
“Con los resultados en mano de la primera etapa del relevamiento, llevamos adelante acciones concretas desde la subsecretaría de Asuntos Portuarios en articulación con cada uno de los Consorcios para que, en los casos que haya vacantes laborales, mujeres y diversidades tengan acceso y ocupen esos puestos”, remarcó.
“Del año pasado a este, fuimos avanzando hacia la equidad: hay mujeres en muelle, estibadoras y balanceras, en el puerto de san Nicolás; en Dock Sud, dos operarias de muelle; en Coronel Rosales estibadoras y en el de Mar del Plata, por primera vez, inspectoras de muelle. Si miramos el relevamiento del año pasado va a haber cambios en la composición de los trabajos de los consorcios, pero no de manera sustancial”, sostuvo.
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En Argentina rige la Ley 11.317 -de 1924-, que regula el trabajo de mujeres y niños. Muchos de sus artículos fueron derogados por la Ley de Contrato de Trabajo - 20.744-. Sin embargo, su artículo 11 sigue vigente y establece la prohibición - ¿discriminación? – a las mujeres de acceder a determinados trabajos operativos en los puertos -en carga y descarga de navíos; en canteras o trabajos subterráneos; en la carga o descarga por medio de grúas o cabrias; como maquinistas o foguistas; en el manejo de correas, entre otros. Si esa limitación alcanza a las mujeres habría que preguntarse por el acceso de personas de otros géneros a estos trabajos eminentemente masculinizados.
Hubo y hay intentos e iniciativas en el Congrego nacional que buscan derogar la casi centenaria Ley, en el marco de visibilizar y conquistar la igualdad, erradicar la violencia y la discriminación por cuestiones de género, también, en el ámbito laboral.
Mucha agua ha corrido por esos puertos. Hoy los trabajos y las y los trabajadores son otrxs. “No hay Justicia social sin igualdad de género”, sostienen dirigentxs, funcionarixs y legisladorxs con las que hemos podido conversar. Señal de que algo empezó a cambiar.
Sindicatos, empresas, trabajadorxs, perspectiva de género y de derechos, en sinergia con el Estado para dar las peleas culturales que prevén redundar en igualdad y en una evocación otra de la imagen del trabajo portuario. Ahí está la apuesta: abordar los estereotipos de género en los oficios porque, en definitiva, los trabajos no tienen género y los géneros no deberían condicionar qué oficio, profesión o tarea debería desempeñar una persona.
“En el ámbito portuario sigue rigiendo la Ley, pero no es tan relevante en la práctica”, apuntó Paladín y agregó: “Más allá de eso, el acceso que se da al trabajo obedece a estereotipos y la masculinización histórica de estos entornos laborales”.
“Esta Ley de otra época tiene un peso simbólico, pauta cómo es el ámbito laboral y deja en evidencia la brecha, que solo se achica en los trabajos administrativos, más estereotipados -contables, legales- que nos asignan a las mujeres”, amplió. “Sería importante poder cambiar la normativa, derribar los mitos de la división sexual del trabajo porque no hay motivo para que no accedan mujeres y personas de otros géneros a estos trabajos”.
Profundización de la desigualdad: los resultados de la segunda etapa del relevamiento
La segunda parte del análisis -llevada adelante este año- incluyó a las empresas que se emplazan en cada uno de los Consorcios de gestión portuaria, relacionadas al movimiento de cargas. Así, conformaron la muestra 33 empresas permisionarias y concesionarias, que representan el 44 por ciento del total de metros cuadrados ocupados-. “Se vio una profundización de la desigualdad que vimos en la primera etapa, no fue sorprendente”, definió la Paladín.
La desigualdad en números
El informe -en su primera y segunda etapa- relevó un total de 2980 personas empleadas -2.583 de género masculino, 396 de género femenino y una persona de otro género-.
“La brecha que vimos en el primer relevamiento se profundizó con un 87 por ciento de trabajadores hombres y 13 por ciento de trabajadoras mujeres”, apuntó Paladín y remarcó: “De personas de otros géneros, el porcentaje dio cero por ciento, pero nos parece importante hacer la salvedad de que hay una mujer trans trabajando en una de las empresas”-el desafío de la inclusión de la diversidad sexual en el ámbito portuario-.
Las variables que se analizaron van desde el nivel de estudios, el acceso a cargos jerárquicos, el tipo de trabajo realizado, todo según el género. Además, se relevó la existencia de protocolos contra las violencias de género, espacios institucionalizados a los que acudir y proyectos que contemplen cuidados con perspectiva de género.
Asimismo, en cuanto al nivel de estudios alcanzados por género y su correlación con el acceso a cargos jerárquicos, el informe indicó: “El 44 por ciento de las trabajadoras cuentan con estudios universitarios y de posgrado completos, mientras que en los hombres ese nivel de estudios solo lo alcanzó al 18 por ciento”. En tanto, ese nivel de formación no se tradujo en el acceso a cargos jerárquicos para las mujeres, lo que reflejó una gran desigualdad en términos de géneros. Del total de las y los trabajadores del sector portuario, “un 82% de los hombres accedió a cargos jerárquicos, mientras que tan sólo el 18% de las mujeres y una sola persona de otro género lograron hacerlo”.
“El 23 por ciento de las mujeres accedieron a gerencias, el 19 por ciento a coordinaciones y el 58 por ciento restante a jefaturas”. En tanto, “el 34 por ciento de los hombres accedieron a gerencias; el 19 por ciento a coordinaciones y el 47 por ciento a jefaturas”.
¿Qué tipo de trabajos llevan adelante hombres y mujeres en los puertos?
“El cien por cien de los trabajadores de muelle son hombres y el 98 por ciento de los operarios de equipo, también”, indicó Paladín sobre las tareas más operativas dentro de los puertos como estiba, manejo de máquinas, grúas. “Mujeres, hombres y personas de otros géneros deberían tener el mismo acceso a los trabajos”, sostuvo y apuntó: “Esto también se replica en los trabajos relacionados con limpieza, seguridad y mantenimiento, que son llevados a cabo por hombres en un 93 por ciento y solo el 7 por ciento por mujeres -no hay trabajadorxs de otros géneros- “.
El único tipo de trabajo donde la brecha disminuye es en los trabajos administrativos, “el 65 por ciento son llevados adelante por hombres y el 35 por ciento lo realizan mujeres -no hay trabajadorxs de otros géneros-, cifras que nos dan la pauta de que cuando las mujeres se incorporan al trabajo portuario, lo hacen en áreas que nos asigna la división sexual del trabajo basada en estereotipos”, remarcó.
Según indicó Paladín, el relevamiento planea ser continuo y alcanzar a la mayor cantidad de empresas para ir monitoreando la implementación de diversas acciones e iniciativas -garantizar el acceso al trabajo portuario a mujeres y diversidades, atendiendo a las vacantes que se vayan presentando; charlas de sensibilización con perspectiva de género y nuevas masculinidades, entre otras- y cómo todo ese “trabajo en red”, se llega a traducir en el cierre paulatino de la brecha de géneros en el ámbito portuario.
“Con visibilizar y poner en discusión estos temas, dimos un paso fundamental”, sostuvo la Directora sobre tarea de poner en números la desigualdad de género. “En todo esto, la articulación con las referentas de los Consorcios, con las empresas, con el Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica, con el de las Mujeres, el de Trabajo y sus diferentes áreas, fue enorme”.
“contar con datos a nivel provincial, por primera vez, sobre la desigualdad de género, nos permite empezar a delinear las políticas necesarias y analizar, posteriormente, su impacto”, sostuvo y cerró: “Ojalá que cuando actualicemos los datos, hayamos dado pasos firmes en torno a la equidad en los puertos y que más mujeres y personas de otros géneros hayan accedido a puestos de trabajo en el ámbito portuario, desafiando estereotipos”.