Ya lo había dicho Juan Domingo Perón en los ´70: “Los salarios por la escalera, los precios por el ascensor”. Una descripción de la situación socio-económica aplicable a diversos períodos de la historia argentina.
Una familia de cuatro integrantes, según el INDEC, necesitó en septiembre de este año $128.214,11 para superar el umbral de pobreza - 7,1% más que el mes previo-. Además, la inflación de ese mismo mes fue del 6.2 por ciento, por lo que el ritmo inflacionario acumula un alza de 66,1% en los primeros nueve meses de 2022.
En sintonía, cabe preguntarse si hay recomposición salarial que se acerque, empate o supere la inflación para poder escapar al fenómeno de trabajadores formales empobrecidos. Ni que hablar de las y los trabajadores informales o pasivos -la fórmula de movilidad jubilatoria vigente tiene un 50 por ciento de componente salarial-.
En noviembre, además, el Salario Mínimo, Vital y Móvil alcanza los 57.990 pesos -poco menos de la mitad del dinero que necesitó una familia para superar el umbral de pobreza-. Cifra que repercute en las prestaciones por desempleo y en las y los trabajadores jornalizados.
Recientemente, el INDEC publicó el Índice de Salarios correspondiente a agosto 2022, lo que arrojó “un incremento del 6,5% mensual y 74,2% interanual”. El indicador estima las variaciones de los salarios tanto del sector público como del privado en cada mes. Por lo tanto, el Índice acumula una suba del 51,0% respecto de diciembre previo. El crecimiento mensual se debe a subas de 8,1% en el sector privado registrado, 4,2% en el sector público y 5,4% en el sector privado no registrado.
Así el panorama estadístico, los bolsillos vienen flacos, más allá de algunas recomposiciones salariales sectoriales que buscaron acercarse o superar el cien por ciento, como el caso de Camioneros -107%-, las y los trabajadores del Vidrio -112%- o Bancarios -94.1%-.
Para el docente y abogado laboralista, Luis Roa, “el salario viene en caída”. “Si los empresarios la están levantando en pala y los laburantes ven caer un 20 por ciento su remuneración en seis años, evidentemente, lo que está en discusión es la puja distributiva”, dijo.
Tras el entendimiento del Gobierno nacional con el FMI, se llegó a la conclusión de que “la inflación es un fenómeno multicausal”, recordó Roa al tiempo que se opuso a la definición “inflacionaria” que diera la ministra de Trabajo, Raquel “Kelly” Olmos, a la mejora salarial que reclamó el gremio de Camioneros. “La recién asumida Ministra vuelve a la vieja lógica neoliberal, monetarista, hiper-ideologizada, por la cual le atribuye responsabilidades inflacionarias al aumento salarial. Extremadamente noventista”, apuntó Roa al aludir a los vínculos de Olmos con el menemismo.
“Hay infinidad de factores que azuzan la inflación, entre ellos, el propio plan económico y la autorización de aumentos, como el de las prepagas, superiores a la inflación”, apuntó y ponderó que la economista y diputada -MC-, Fernanda Vallejos, advirtió que “hay una corrección de precios de carácter preventiva por parte de los empresarios. Los precios no suben por el aumento salarial”.
En ese sentido, Roa insistió: “La cuestión es la misma de siempre, la inflación como resultado de una multiplicidad de causas y empezaría analizando la estructura productiva argentina, la fuerte concentración de la economía, donde en muy pocas manos gira el circuito económico y la definición de los precios”.
Basta recordar las declaraciones vertidas por el empresario y dueño de la Anónima, Federico Braun, al que, en el marco de la celebración de los 20 años de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) le preguntaron “¿Qué hace La Anónima con la inflación?", y respondió con risa: "Remarcar precios todos los días".
“Atribuirles a los laburantes la inflación me parece una desmesura. Agregaría, como dijo el CEPA que, desde el primer trimestre de 2016, los salarios se han retraído al menos un 20 por ciento. Y no sucede lo mismo con la rentabilidad empresaria que se ha incrementado”, consideró Roa.
Puja distributiva. Redistribución regresiva del ingreso: esto es a favor de los empresarios y en detrimento de las y los trabajadores activos/pasivos. Empobrecimiento de la población y espiral inflacionaria. En este panorama no faltan los predicadores del Estado mínimo, del laissez faire y las leyes del mercado. Otros, en cambio, sostienen que para reactivar la economía hay que incentivar el consumo popular y eso viene de la mano de la mejora en los ingresos de los trabajadores formales, informales y pasivos.
“El consumo popular se alienta en base a los salarios”, agregó Roa además de postular que “el Gobierno tiene que desafiar al poder real de un modo más contundente”.
“El problema no es el salario sino la distribución desigual de los ingresos y una apropiación de la productividad”, avisó el Abogado laboralista. “Si la productividad crece y los salarios bajan, alguien se está quedando con la productividad y no son los laburantes. El Gobierno tiene que ser más creativo, más desafiante y correr los límites de la correlación de fuerzas porque gran parte del pueblo trabajador no está llegando a fin de mes”, insistió.
En sintonía, Roa consideró que la designación de Olmos como titular de la cartera laboral “es más una continuidad que una ruptura con la gestión de Moroni”. Y agregó: “No hay cambio de rumbo. Creo que falta tomar el toro por las astas y salir a conducir el Estado, no solo gestionarlo y administrarlo. Hay que tener un Estado activo, desafiante, porque millones de trabajadores están esperando más. Se puede hacer mucho más, el Gobierno fue elegido para otra cosa”, definió.

En torno a la discusión sobre un bono de fin de año -por única vez- y una suma fija -que impacta sobre el piso salarial-, Roa consideró: “Urge una suma fija, que no es contradictoria con las paritarias. En eso discrepo con lo que sugirió el Presidente”.
“Las grandes organizaciones sindicales tienen capacidad de maniobra en el conflicto, sobre todo en la puja distributiva, y han conseguido en muchos casos remuneraciones o actualizaciones que empardan o le ganan a la inflación por poco. Los gremios chicos no tienen esa fortuna por lo que creo que el Estado tiene que fortalecer la capacidad negocial con una suma fija. Se habla de 30 mil pesos, cuánto menos eso, que impacte en la base salarial porque no es lo mismo 30 mil pesos en un trabajador que gana 200 mil que en otro que gana 70 mil”, sostuvo y agregó: “Espero que la suma fija no se transforme en bono de fin de año, aunque tiene mucha pinta de eso y que, el acuerdo que habría para frenar los precios, por al menos cuatro meses, resulte”.
Otro eje del que se habla tímidamente dentro de la puja distributiva, tiene que ver con la reducción de la jornada laboral y la existencia de diversas iniciativas en ese sentido dentro del Congreso nacional. Incluso, hoy por la tarde, el colectivo de Mujeres Sindicalistas de la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT, presentará "Toda la vida luchando por el tiempo”. Se trata del cuarto cuadernillo de formación, resultado de un trabajo colectivo, con perspectiva de género, que plantea la necesidad de organizar el trabajo de forma diferente.
“Si la productividad aumentó en relación a 2016, pero mucho más en relación a la pandemia, eso significa que los trabajadores producen más por lo mismo: lo que antes hacías en ocho horas de trabajo, ahora lo haces por menos tiempo. Ha aumentado la productividad”, explicó y preguntó: “¿quién se la adueña?”. “Es tiempo de pasar la factura. Está claro”, respondió.
“El movimiento obrero tiene que tener en agenda la reducción de la jornada con igual remuneración porque sino es chiste. En ese sentido hay que reducir la jornada diaria y semanal. Acá hay que tener cuidado porque no alcanza con que los trabajadores trabajen 4 días en vez de 6. Tampoco es negocio que te planteen reducción de la cantidad de días y no de las horas. Hablamos de la reducción de la cantidad de horas por día y semana, por la misma remuneración y poner eso en agenda es discutir quién se adueña de la productividad, que ha crecido de modo exponencial”, alertó. 
Hacia el final, Roa se refirió a “la campaña de demonización de las Organizaciones sindicales, sus reclamos y dirigentes”, desde amplios sectores de la oposición.
“Es un discurso legitimante, salvaje de lo que está por venir. Nuevas derechas, que están encontrando carnadura política. Energúmenos como Milei, Arietto o Bullrich, van marcando una agenda, un nuevo sentido común de ultra derecha que permea, aún, en los sectores más humildes, medios, altos”, consideró.
“Tratan de desvirtuar, deslegitimar el derecho constitucional, que es el derecho a huelga establecido en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional. Y lo hacen porque es una herramienta central para la puja distributiva”, alertó al tiempo que enumeró las situaciones en las que una huelga, asamblea o medida de acción sindical es calificada como “bloqueo”. “Hay tambien una campaña para desestructurar el derecho al trabajo y establecer un laissez faire, donde se establezcan las leyes del mercado para regir las relaciones laborales”, indicó.
“Si quieren demonizar a los sindicatos, desarticular la huelga y vaciar la negociación colectiva, todas herramientas que tienen el trabajador y la trabajadora para defender sus derechos, y si a esto se animan faltando un año para el cambio de gobierno, ni pensar lo que haría la derecha si llega a ser gobierno en 2023”, advirtió.

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02/11/2022